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viernes, 10 de febrero de 2012
Para ti.
Me voy a permitir hoy hacerte una pequeña dedicatoria, y lo voy a hacer a través de un relato, espero que te guste...
Érase una vez, en un torbellino al que bien llaman vida, una historia, una de tantas, en la que el actor principal era un plebeyo, un miembro de la muchedumbre, una cara anónima. El motivo de su existencia era el de tantos de la masa, existir, encontrar quizás un buen medio para vivir, hacerse un hueco entre tanta miseria, como fuese posible, sus metas y ambiciones para él eran nobles y brillantes “quiero ayudar a la gente, quiero mejorar mi sociedad, colaborar con el mundo y ayudar a los que están a mi alrededor. Pero por dentro sabía que le daba exactamente igual, la vida es para los más fuertes; si para llegar a lo que quiero tengo que machacar a los que precisamente quiero ayudar lo haré, no me importa se decía.
El muchacho no poseía espíritu, ni color que lo distinguiera, no podía oír la cantidad de sonidos que existían en el ambiente. Al pasear, el muchacho observaba sin ver, olfateaba sin oler nada, tocaba sin entender el real significado de las cosas, se encontraba en una calle en el que una muchedumbre como él andaba sin rumbo, desde las alturas; donde el cielo es azul y el aire es fresco, se podía contemplar un río gris, donde las personas se cruzaban sin mirar, se disculpaban al rozarse y miraban al sucio suelo sin cruzar la vista con nadie. Varios tipos de ceguera para la variedad imperante.
Existía la música, ¡por supuesto!, las mejores notas de una variedad de sonidos inigualable… más de lo que te puedas imaginar; ésas en las que tu alma se despereza, se despierta y te hace sonreír. Los inalcanzables e increíbles sentimientos que provocaba que te salieran alas y pudieras contemplar la gama de colores que distinguen unos de otros. Pero el joven, el joven no comprendía, no entendía de sutilezas; de la grandeza del mar, del canto de los pájaros al volar, de la fuerza del soñar, no entendía puesto que nadie se lo había enseñado. El joven tenía familia pero era solitario, tenía amigos pero eran sombras inteligibles en la linde de su consciencia, el chico se pensaba que había amado y que estuvo enamorado…¡que iluso!, sino es capaz siquiera de intuir la connotación, la sutileza, el significado y lo inabarcable de las dos palabras más escritas de todos los tiempos -Te quiero- , ¿cómo vas a entender insensato? ¿cómo vas a aspirar a acercarte al conocimiento? ¿a querer dártelas de maestro mentor?, cuando lo que experimentas en tu vida son pálidas sombras de la realidad que pretendes abordar, eres un naufrago en una balsa rodeada de negrura ¿no sabes acaso que la caja con el secreto de la verdad, tiene tantas llaves que no serias capaz de contar ni aunque emplearas cada segundo de tu inútil vida en ello?
El muchacho me tuvo que oír, -maldita sea mi suerte- , me contempló, y por primera vez en su vida se dio cuenta que estaba ahí, - serás bastardo, llevo muchos años diciéndote tantas cosas y ahora te dignas a mirarme? le dije con voz furiosa y el chico a su vez confuso me preguntaba - ¿quién eres? ¿qué haces? ¿qué quieres? ¿dónde estás? ¿qué buscas?
El muchacho se agarró la cabeza, le daba vueltas, lo que preguntaba se había transformado en un eco inacabable; que, quien, como, donde, cuanto, porque, porque, que, que, que……
El joven no entendía nada, pero cuando alzó la vista comprendió y no fue gracias a mi, -maldita sea mi suerte de nuevo-, ocurrió al ver más allá de algo que creía conocer, (como tantas cosas), pero no era cierto y al conocerla por fin….se empezó a formar poco a poco y muy sutilmente una llave, una llave que abriría un cofre, uno de los pequeños cofres que contiene la gran caja de las verdades.
Esa llave, le permitiría de una manera real y grandilocuente, abrir una parte de si mismo, una parte que creía haber explorado y que no conocía. La llave le permitió conocer colores que no había contemplado jamás, le ayudo a reconocer con el tacto cosas que no entendía al leerlas en los libros, le ayudó a paladear, paladear más profundamente que de los típicos, tópicos, comunes y genuinamente humanos: rico, soso, salado, dulce, amargo.
Descubrió nuevas palabras para poder nombrar realidades que ni siquiera sabía que existían, con el oído pudo escuchar la palabra magia y entenderla mientas que su tímpano se estremecía de placer, la llave le susurró misterios que pensaba que entendía pero que adquirían con este entendimiento un nuevo significado en nada relacionado con lo anterior, la dichosa y maravillosa llave, que buscan la mayoría y que muy pocos encuentran, porque una de las cualidades de la llave es aparecer justo cuando menos la estabas buscando.
Y entonces, solo entonces me permití desaparecer de su consciencia, o más fácilmente de una de las múltiples capas que contenía a duras penas en su consciencia y me sumergí en la inconsciencia, un mar tan profundo que tenía que explorar tranquilamente, para poder en un futuro arengarlo, sobre otra clase de cosas, puesto que actualmente ya tenía bastante, era suficiente el contemplar de un nuevo modo a la luna; a las estrellas, al gentío, al sonido de la lluvia, a la distancia, a las sabanas de los dormitorios, asimilaba un nuevo concepto de existencia, y sus sentidos despertaban en medio de una luz brillante e inacabable.
Observaba asombrado la llave que tenía entre las manos, y empezaba a atisbar la música, el baile, el compromiso, lo furtivo, lo rutinario, lo peligroso, la pasión, la ilusión, respiraba el aire y ya no era rancio, resultaba puro, electrizante y libre de cualquier contaminación.
Y al sumergirme del todo en su inconsciente, antes de perder la capacidad de saber de mi propia existencia, pude escuchar la voz del muchacho dando las gracias. Las daba de una manera constante, era una cantinela, como las gotas de lluvia al caer sobre la superficie, con la voz que encuentra lo que ansiaba sin saber que estaba buscando, como las ondas del agua que se extienden cada vez más con la piedra al sumergirse, como un eco que se expande por siempre en la infinidad de su ser, decía una y otra vez……gracias, gracias Isabel.
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Cuñiii me encanta!!!me has emocionado!! :D
ResponderEliminarMe alegra que te guste :)
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