Día nuevo, proyectos nuevos. Esperando aún el resultado del
primer concurso, ya he buscado el nuevo al que me voy a presentar, si el
anterior te invitaba en adentrarte en el fascinante género distópico, este es
relato libre. Tenía aparcada una idea para un relato de terror y la voy a
desarrollar para este. El concurso se llama:
19ª Edición
del concurso de relatos cortos del ayuntamiento de Camargo.
Os recomiendo apuntaros los interesados y poner en liza
vuestras aptitudes. Las bases aparecen en: http://www.escritores.org/index.php/recursos-para-escritores/concursos-literario/5801-19o-edicion-del-concurso-de-relatos-cortos-ayuntamiento-de-camargo.
Hay numerosos concursos más de todo tipo y temática como os
he comentado anteriormente. Involucraos con el que mejor os convenga, he
elegido ese principalmente por tiempo y porque hay una cota de edad muy
interesante (de 18 a
30). El premio de 800 euros tampoco es desdeñable.
Hoy como os prometí os pondré un breve relato sobre la
sabiduría influenciado ligeramente por la obra de Nietzsche "Así habló
Zaratustra", interesantísima lectura, con ideas que hacen plantearte
modificaciones para con tu realidad. Pero os reconozco también que el lenguaje
poético (aunque es prosa), sus constantes parábolas, analogías, embellecimiento
del lenguaje y demás mecanismos a pesar de que enriquecen el texto, a su vez lo
vuelve más pesado de leer bajo mi punto de vista y en algunos momentos te
obliga a dejar la lectura y descansar un poco.
Pero antes comentaros una idea que es conveniente para los
escritores en general que, aunque en principio parece obvia, he visto que
algunos (probablemente yo a veces igual) se lo saltan con facilidad. Salvo para
con ciertos géneros, el estudio y la recopilación de información, documentarnos
hablando en plata, es fundamental. Me explico: todos aquellos que escriben
sobre una época histórica, sobre un oficio, sobre una investigación, sobre como
se dispara una bala, o se forja una espada, exige una labor de
documentación.
Mi interés es escribir una novela de fantasía y de ciencia
ficción lo cual me da cierta flexibilidad en multitud de cosas, pero si quiero
escribir sobre cierto régimen político o sobre alguna estrategia militar, no
estaría de más leerme libros sobre ello, te da inspiración y te permite saber
de lo que estás hablando. No es la primera vez que estoy leyendo interesadísimo
un libro, un lenguaje estupendo, personajes carismáticos, una lectura ágil y de
repente me chirría una descripción o la explicación de algo. Pues más aún para
escritores que se basan en hechos reales aunque su historia sea la mayor
fantasía de la historia, es importante esa labor bibliográfica detrás.
Sin más dilación os presento este relato ligero, la imagen
del principio es cautivadora. Tienes que atravesar todas tus capas, o barreras
mentales, llegar al núcleo de ti mismo y alcanzar la verdad. En fin es un tema
filosófico digno de debatir, allá vamos:
Sabiduría era curiosa cuanto menos, había viajado por
numerosos lugares, atravesado tiempos y dimensiones. Sabiduría había visto las
diferentes escalas de los universos, había visto lugares imposibles para unos y
corrientes para otros. Había visto a la misma persona moviéndose en cientos de
partes distintas. Sabiduría existía desde siempre pero era conocida como tal
desde hace relativamente poco. Era paciente y curiosa, era la eterna
desconocida, nombrada por muchos y encontrada por ninguno.
En esta ocasión se encontraba en La Tierra, era invisible para
sus habitantes y se comportaba como una serie de partículas subatómicas, era
imperceptible. Recorría sus parajes, los continentes, los países, las ciudades
y las casas. Buscaba a quien pudiera verla y volaba indolentemente por todos
los territorios. De repente escuchaba que la nombraban, la mencionaban y
ciertas personas se nombraban a si mismos una acepción de su nombre: "
sabios". Cual fue su disgusto cuando se ponía enfrente de ellos y ni
siquiera la percibían, sus discursos eran vacíos y pálidas sombras del
conocimiento que tanto cacareaban. La sabiduría se sentía abandonada, recorría;
las universidades, los seminarios, los congresos...se acercaba a; filósofos,
científicos, ingenieros, políticos, granjeros, obreros, pensadores,
divulgadores, analistas, asalariados, a madres, padres, hermanos, hijos,
suegros, cuñados....Nadie tenía la más remota idea de lo que hablaban. Se
jactaban de conocimientos, de entendimientos, de grandes discursos y de
lecciones diarias. Sólo servía para avanzar en su vida pero no para alcanzarla.
Sabiduría sobrevolaba con facilidad el espacio y el tiempo,
y numerosas dimensiones ininteligibles. Para ella no había mayor dificultad
saltar al S.X en la actual Brasil o el S.XXII en Egipto. Recorría el S.XIX
cuando sabiduría sintió un arañazo en lo que podríamos considerar su tobillo.
Miró hacia abajo sorprendida, y observó a un hombre de marcado bigote,
mirándole a donde tendrían que estar sus ojos, pero al cabo del rato se dio
cuenta que no la veía, miraba sin verla. Escribía con devoción atravesando sus
capas mentales, sus capas espirituales con saña, con destrucción, matándose a
si mismo en su búsqueda, consumiéndose y llenando de sangre su mente. No la
alcanzaría nunca, pero sabiduría se sorprendió de la búsqueda tan pasional por
acercarse a ella.
Sabiduría se daba cuenta que los conocimientos y la
"verdad" de los humanos era gris y apagada, cimentada en columnas de
caliza en medio de un terremoto, fogonazos de luz intensa que se extinguían en
pocos segundos. Ellos lo aceptaban como sapiencia y se orgullecían de ello y de
sus creaciones. Sabiduría cansada ya se disponía a marcharse a tierras lejanas
cuando la agarraron del pie, sorprendida por segunda vez, - cuantas sorpresas
para este planeta-, se enfrentó a quien buscaba conocerla, más su sorpresa
alcanzó cotas mayúsculas cuando vio a una niña, tendría que tener dos años a lo
sumo.
La niña por supuesto la agarró aleatoriamente y la soltó con
rapidez, más sabiduría contempló a la niña, ella reía a carcajadas con una voz
infantil, en sus ojos había búsqueda y curiosidad, ansia de exploración y no
dar nada por seguro, había duda y aprendizaje. Sabiduría sacudió la cabeza y se
marchó por fin.
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