Nueva sección.

Buenas queridos lectores y lectoras de El Pseudoescritor Errante.

Me complace con verdadera alegría inaugurar otra nueva sección para hacer al blog un lugar más amplio, con nuevos contenidos y novedosas cosas que llevarse a la boca.

Hoy, comenzamos un nuevo apartado en el que se trata de... en base a canciones que escuchemos escribir historias. Es una idea divertida e interesante en la cual cualquier lector si quiere participar sólo tiene que decirlo. El sistema es muy sencillo, colgaré un enlace en el que se escucha la canción y a partir de ahí pues escribir una historia que uno sienta propia para lo que está escuchando. Lógicamente se tendrá que leer la historia escuchando la canción.

Los lectores podéis mandarme canciones e historias escritas para ellas que publicaré en el blog con gusto. También podéis escribirla a partir de las que vaya poniendo y editaré las entradas para que vuestras historias  aparezcan.

Me he decidido por poner esta canción de rock alternativo de Hoobastank llamada "The reason" por darle un estilo diferente a lo que me gusta escribir (que es el género fantástico y de ficción mezclando tramas) con lo cual lo sencillo hubiese sido poner alguna canción de Épica o el Dies Irae de Mozart y haber descrito aquí algo al estilo Star Wars batalla final y ponerme los pelos de punta yo sólo.

Pero buscamos el reto, la variedad, el cambio y con esta canción pues inauguramos esta sección en la que cabe todo tipo de géneros y música. Es mi firme intención poner todo tipo de canciones para darle un 100 por 100 de variedad. A veces va a ser complicado desligarse de la letra de la canción para escribir historias pero es un esfuerzo divertido.

Aquí tenéis el enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=fV4DiAyExN0

Y la historia que me sugiere:


Soledad:

Coral había sido una de las chicas más prometedoras del planeta y de este último milenio sin lugar a dudas. Su inteligencia iba demasiado por delante a su edad. Cuando desveló con genialidad la teoría de la materia oscura, siendo aclamada por la comunidad científica internacional a la tierna edad de 16 años, supo que su vida iba a ser demasiado diferente al resto de la sociedad.

Las conversaciones con el resto de personas desde los 6 años eran tremendamente aburridas, respecto a sus padres Coral pensaba que tenían algún tipo de enfermedad mental puesto que hablaban de la manera más simple y absurda.

Se sentía encerrada y ahogada en un mundo que no era para ella, sus continuos esfuerzos por entenderlo y por comprender la sociedad que la rodeaba la sumían en hondas frustraciones. Coral era como un guepardo en la noche. Fría, rápida y mortal. Diseccionaba con una habilidad demoledora toda la problemática social, las organizaciones humanas y cualquier cosa que se le pusiera por delante. A los 24 años ya acumulaba varios Premios Nobel en su haber.

Aunque había sido de todo, había explorado todos los rincones, aunque tenía fama y dinero, aunque había probado todas las experiencias posibles no encontraba su razón de ser. Todo lo analizaba y lo desojaba hasta llegar a su raíz, no podía amar, no podía divertirse, no podía comunicarse puesto que todo lo ligeramente irracional estaba desligado de su propio ser.

Coral era infeliz. Se había diagnosticado a sí misma con todos los métodos posibles y algunos inventados por ella. Estaba sola y los intentos de acercamiento de cualquiera eran infructuosos. Coral era una sirena en un mundo de hombres, era una diosa en un planeta de monos, Coral era reina y señora de a lo que ella quisiera tener acceso. Aún así la muchacha se encontraba encerrada entre cuatro paredes de las que no salía y a la que nadie podía acceder.

Coral se asomó fuera de su mente y salió de sí misma, se exploró y miró a su alrededor. O la perfección o nada. O la perfección o nada. En un año fue Steven Spielberg, Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Pablo Neruda, Zedong Mao, Marylin Monroe, John Fitzgerald Kennedy, Stalin, Roosevelt, Picasso, Lenin, Hiro Hito, Gandhi, Einstein y miles de personas más.

No cambio nada y cambio todo. Más y mejores tecnologías, renovaciones, cambios y revoluciones pero todo seguía igual. Entre lágrimas de frustración Coral se lanzo al vacío en uno de los últimos pisos del Burj Khalifa en Dubai. Mientras caía le dio tiempo a reflexionar que de lo irracional la líder era ella, puesto que aún teniendo el intelecto más potente de los últimos tiempos su última decisión fue acabar con su propia vida.