Tenemos hoy para compartir con vosotros una canción convertida en historia realizada por nuestro querido O´Donnell. Es una historia triste y adecuada para la canción que se escucha de fondo, concretamente del grupo Triana y la canción es Sr. Troncoso. Os dejo con ella, recomendando como siempre poner la canción de fondo mientras se sumerge uno en la lectura. Esta abierto a reinterpretaciones :).
Un saludo. PD: Este jueves publicaré un gran relato de Isabel Muñoz que seguro que os gustará.
Caminaba solo, como
siempre. El oscuro callejón no ocultaba los sonidos de la ciudad que aguardaba
ahí fuera. Un tren pasaba cerca de allí, llevando el fuerte traqueteo
acompañado de una sirena que retumbaba más allá.
No quería seguir así.
Su vida era una eterna espiral hacia la destrucción. El trabajo, la casa, su
familia. Todo se había ido para no volver. Su enorme deuda, tras la bancarrota
de su pequeña empresa de herramientas, supuso su hundimiento total.
Lo intentó solventar
con la bebida. Lo había visto tantas veces en las películas…pero a él no le
servía de nada. Solo logró que le echaran de varios bares y que una noche le
retuviesen en comisaria.
Abandonado por todo y
por todos. Se fue consumiendo mientras deambulaba por la ciudad sin rumbo
alguno.
Miraba sus manos,
sucias de rebuscar en la basura. Hacía un par de días que no comía, pero no le
importaba ya nada. Ignoró el dolor del estómago y se incorporó con lentitud,
pues apenas tenía fuerzas.
La tristeza se le
clavaba en cada rincón de su ser. No quería nada más de este mundo cruel y
salvaje donde cada uno busca su propio beneficio y solo ayuda al otro por
interés.
Llevaba días pensando
en como salir de tan horrible situación, de esta locura desmedida que le había
llevado a arrastrarse por las calles buscando caridad.
La noche aguardaba
fuera del callejón, apenas apartada por las tristes farolas que, a duras penas,
iluminaban aquella calle.
El zumbido de los
coches que pasaban le despertó de sus pensamientos. Se adelantó hasta la acera.
Llevaba todo este tiempo luchando contra sí mismo, pero había perdido por
indefensión.
Las lágrimas brotaban
suavemente mientras caminaba. Aguardó al pie de la carretera, observando el
tráfico.
Un camión se acercaba
con una pesada carga de herramientas. Que
irónico, pensó. Y saltó al paso del tráiler.
Triste y duro relato amigo, el sentirse acorralado y falto de fe. Cuando ya no hay valor para enfrentar el reto, bajas los brazos y te abandonas a tu suerte.
ResponderEliminarMuy bueno.
un abrazo.
Gracias Moli, y espero que ponga también tu final alternativa de la historia
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